«El Conde Mosca» y sus dominios

Para que no se despisten y dejen de leer mi nota semanal, les digo que este “Conde Mosca” es un colega mío, o sea, un Librero. Su nombre es Marcelo Recalde. Tiene su atildado local (así me chismean) cerca del Hotel “Quito”. Un sitio muy atractivo, con libros de vanguardia y a precios que son asequibles. No sé si será cierto, pero comentan que dispone de libros de “segunda mano”, y eso me parece estupendo.
Mi homenaje se debe a que es un Librero que escribe. Y hace meses ha presentado un texto de microensayos que he leído con mucho agrado. Además, en una edición muy digna (apenas le he “agarrado” unos tres gazapasos). Este amasijo de 121 páginas se llama “El conde y sus dominios” (CM, 2017). Reseña en lenguaje nada académico a Mishima, Céline, Murakami, Camus, Nabokov, Gombrowicz, Némirovsky y Borges. No disimula sus pasiones, sus demonios, porque se aprovecha de la lectura de las novelas de estos autores (“Viaje al fin de la noche”, “El extranjero”, “El baile”, “Lolita”…) y desea que salgamos corriendo a buscarlas y nos deleitemos con sus sugerencias. Me contento de veras, de que un Librero motive lecturas. A Quito le hacen falta estas personas y personajes. No olvidemos que Jorge Icaza, Pedro Jorge Vera, Carlos Liebamann, Sacoto Arias, entre otros, fueron libreros y enaltecieron esta profesión. Y nuestra ciudad, hay que decirlo sin miedo, carece de lo que hace años era un privilegio: libreros-libreros, salvo contadas excepciones. ¡Muy bien, “Conde Mosca”!
Felicito por la perseverancia al hacer llegar infinito mundo de ficciones y realidades al lector.
Pedro, agradecemos tus palabras. Esperamos llegar cada día a más lectores.